CENTRARSE EN EL ALUMNO
Una efectiva forma de enseñar
«Casi sin darnos cuenta, los profesores hemos estado prestando más atención a lo que tenemos que hacer nosotros para enseñar»
Pedro Morales Vallejo
El 15 de mayo se reconoce en México, la labor de aquellas personas sumamente involucradas en la formación ajenas a la familia, quienes que se han encargado de instruirnos en cualquier etapa de la vida en todos los aspectos que nuestros padres no, y que es sumamente determinante en nuestra vida y el éxito profesional, la formación académica.
La docencia es una actividad desafiante, compleja y gratificante para quienes tienen la vocación de enseñar. Conocemos las condiciones en que los profesores (al menos en México) trabajan y apuesto a que en la mayoría de los casos no son fáciles: carecen de más elementos que con los que cuentan, reciben salarios que los obligan a tomar de tiempo completo su profesión o bien, adquirir múltiples compromisos por aquí y por allá. Aún así, un maestro con pasión recibe con entusiasmo a cada generación echando mano de los conocimientos que lo facultan como especialista en determinada área, solo deseando que algún día, sus alumnos ocupen ese puesto que está reservado para las nuevas generaciones y así, hacer algo por cambiar el mundo: trascender.
El camino no es fácil, como estudiantes a veces somos más afines a unos contenidos que otros (relacionado con el perfil vocacional de cada alumno) de modo que el objetivo no es único, es decir, la clase completa, sino que se multiplica en una cantidad igual al número de alumnos que la conforman, es decir: cada estudiante plantea un diferente reto. Es así como Pedro Morales Vallejo concibe al proceso enseñanza-aprendizaje eficaz y alejada de antiguas concepciones que más que contextualizar a cada persona en un terreno fértil para adquirir aprendizajes, partiendo de sus propias particularidades, se ha centrado por siglos en aplicar prácticas, metodologías y acciones que pretenden permear en los alumnos de una manera casi estandarizada.
Lograr esta meta no es tan fácil si los docentes carecen de las capacidades psicopedagógicas que les permitan advertir lo anterior: empatía, respeto, tolerancia, paciencia y también es cierto que en la mayoría de las aulas del país son decenas de estudiantes quienes conforman cada clase, además de intención, las competencias propias para la detección de necesidades educativas se obtienen a través de la formación continua.
«Enseñar no es transferir conocimiento, sino crear las posibilidades para su propia producción o construcción»
Paulo Freire
El éxito-fracaso de los alumnos:
Partiendo de las premisas de que cada alumno es único y de que hay que adecuar el contenido a él y no al revés, en el camino hay disparidades entre el rendimiento académico de unos y otros: algunos llevarán todo el curso con éxito y otros deberán alcanzarlo o cuando menos acercarse a él. Esto implica una tarea conjunta y de mayor involucramiento, además de una enorme cantidad de variables que ya incluyen a las situaciones familiares de los alumnos, es decir, cosas que ya escapan un poco de la labor académica.
Pese a que no hay que dar a ningún alumno por perdido o pensar que el fracaso escolar recae únicamente en su responsabilidad, y la de su familia ya que cada persona matriculada en clase, es una misión por lo menos durante todo el curso.
Obviamente cada ser es libre de tomar o no las herramientas que tiene enfrente, pero también es obligación del docente el persuadir sobre la existencia y utilidad de dicha herramienta, puesto que los profesores son una guía desde el momento en que son mayores en años, preparación o experiencia que sus alumnos y advierten cosas que ellos todavía no.
El salario emocional:
Si el ser maestro implica mucho trabajo, herramientas, actualización, negociación, esfuerzo y responsabilidad ¿cómo es que puede llegar a disfrutarse tanto? El salario emocional es aquella remuneración que los profesores perciben indirectamente cuando comprueban que el alumno realmente ha aprendido algo nuevo o directamente cuando se les agradece. Un profesor siente el compromiso por hacer de este mundo algo mejor aunque ni si quiera esté ahí para verlo con sus propios ojos, tiene una enorme necesidad de compartir conocimientos sobre un área que domina y sobre todo, facilidad nata o adquirida. Felicidades en este día y gracias todos los demás, a todos aquellos quienes han formado con compromiso y esfuerzo a generaciones de personas en cualquier etapa de su vida y bajo cualquier serie de condiciones:
Preescolares: Porque tienen en sus manos la responsabilidad de incentivar la curiosidad y el gusto por aprender. Primaria: Por facilitar la consolidación de las habilidades operacionales básicas y del lenguaje. Secundaria: Por conducir aprendizajes teórico-aplicados. Bachillerato: Por facilitar el proceso de la definición vocacional. Universitarios: Por convertir en profesionistas a sus estudiantes. Postgrado: Por especializar a los profesionistas y convertirlos en expertos, puliendo su visión y focalizando su compromiso. Educación especial: Por acompañar en los procesos extraordinarios, facultando a los individuos de herramientas que los encaminan hacia la independencia y autorrealización. Artes: Por instruir a sus estudiantes en el mundo de la expresión estética. Educación física: Por brindar bases de motricidad e incentivar el interés y gusto por la práctica deportiva.